Parador Nacional de Santillana Gil Blas
Un viaje a otra época
Esta joya arquitectónica, ubicada en el corazón de Santillana del Mar, es un refugio que combina perfectamente el encanto del viejo mundo con la comodidad moderna. Ofrece una experiencia única e inigualable, inmersa en historia y rodeada de una belleza natural impresionante.
Historia
Su nombre se debe al famoso personaje literario de las novelas picarescas de Alain-René Lesage, dando un toque de romanticismo a su fascinante historia. El edificio que alberga el parador data del siglo XVIII, y originalmente fue la casa solariega de los Barreda-Bracho. En 1948, se convirtió en el primer Parador de la red nacional española de Paradores, ofreciendo a los visitantes una forma única de sumergirse en la historia española.
Arquitectura y diseño
El diseño del Parador Santillana Gil Blas se mantiene fiel a su origen noble. Los visitantes son recibidos en un patio ajardinado y, una vez dentro, son transportados a otra época gracias a las vigas de madera, las antiguas chimeneas de piedra y los muros de sillería. La decoración rústica y elegante proporciona una sensación de acogedor confort, haciendo que cada estancia sea un verdadero placer.
Alojamiento y servicios
Ofrece 28 habitaciones, todas ellas diseñadas para proporcionar el máximo confort mientras mantienen el encanto histórico. Las habitaciones están equipadas con modernas comodidades, como Wi-Fi, aire acondicionado y televisión por satélite, asegurando que los huéspedes tengan todas las comodidades del hogar.
Gastronomía
La experiencia gastronómica en el Parador es otro de los atractivos que lo hacen único. El restaurante del parador sirve platos tradicionales cántabros, hechos con ingredientes locales frescos. Los visitantes pueden disfrutar de una variedad de platos regionales, como el famoso cocido montañés y el sobao pasiego, que reflejan la rica cultura culinaria de Cantabria.
Alrededores y actividades
Los huéspedes pueden explorar las calles empedradas y las casas de piedra, visitar la Colegiata de Santa Juliana, una joya del arte románico, y descubrir las famosas Cuevas de Altamira, conocidas como la «Capilla Sixtina del arte rupestre».